lunes, 8 de mayo de 2017

El resopón del curso


Fuente: Pixabay

“Alimentación y nutrición para una vida saludable”

Y como resopón al curso que llevamos realizando desde hace un par de meses, escribo esta reflexión final, haciendo un repaso de todo lo visto hasta ahora; dos meses intensos, que me han obligado a ponerme al día en redes sociales y herramientas TIC.


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Para empezar, debería comenzar por recordar por qué me apunté a este curso; como ya he comentado, soy profesora de Ciclos Formativos, en concreto de la rama sanitaria, y los contenidos de este curso me han ampliado los conocimientos que ya tenía y han enseñado otros que había trabajado menos. Además, el hecho de tener una hija de un año y tener que introducirla en el mundo de la alimentación, me ha hecho ser mucho más consciente y reflexiva de lo que comemos en casa y cómo lo cocinamos.

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Repasando el curso, el primer bloque, “Alimentos y nutrientes”, me permitió conocer los alimentos y cómo distribuir las comidas, en cuanto a necesidades energéticas y en cuanto a necesidades de actividad. Me resultó muy interesante el recuerdo de 24 horas, al tener que plasmar en papel lo que se ingiere día a día. De hecho, trasladé la actividad a mis alumnos, pidiéndoles una encuesta dietética de tres días, y todos nos sorprendimos mucho de la incorrecta alimentación que estaban llevando. Escribir, plasmar, ver lo que comes, es muy distinto a pensar, si yo como bien…. Pero visto en papel, la historia a veces cambia. También me resultó muy amena la actividad de aprender a aprovechar las sobras alimenticias del día anterior, aprendí mucho de esas recetas!

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En el segundo bloque, “El placer de comer y cocinar”, revisamos cómo realizar la conservación de los alimentos, y comparamos la cocina tradicional vs cocina moderna, ambos con cosas positivas y negativas. Me gustó especialmente el tener que aprender a leer el etiquetado de los alimentos; leer e interpretar las etiquetas es también otra forma de educar en salud. Curioso y práctico el uso de juegos para llegar a los alumnos, la gamificación es un modo de aprender que está mostrando muy buenos resultados.

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En el último y tercer bloque, “Educación y estilo de vida saludable”, hemos visto la relación entre la energía que ingerimos y la que necesitamos según nuestra actividad física y nuestros condicionantes de edad y sexo. Así mismo, resaltar la importancia de realizar actividad física, de inculcarla en nuestros alumnos. Es necesario también aprender a equilibrar la dieta (y no solo antes del verano), entre los alimentos y nutrientes de las diferentes comidas, así como la importancia de reconocer los posibles alérgenos del menú, sobre todo si comemos fuera de casa, y la importancia de que puedan reconocerse rápidamente en caso de alergias o intolerancias.

En resumen, es un curso que me ha resultado muy provechoso, tanto en el ámbito personal como en el profesional, y que recomendaré a mis compañeros.

¡Buen provecho!

jueves, 4 de mayo de 2017

Actividad 3.4. Reflexión sobre el bloque 3

Fuente: inventatuweb.com

Aprender a conocer los menús con los que comemos nosotros y nuestros hijos en centros escolares, a la vez que me ha hecho pensar en que no sólo es importante cómo comemos en el colegio o el lugar de trabajo, sino que debemos saberlo, de manera que la cena complemente a lo comido a mediodía. Mis alumnos podría analizar lo que toman a mediodía, para poder estructurar una dieta equilibrada a lo largo de todo el día, sobre todo en la cena.

He aprendido a analizar mi día a día,  me he tenido que parar a pensar en todas las actividades que realizo a lo largo del día, y he aprendido cómo se calcular el gasto energético de un día y a relacionarlo con mis necesidades calóricas, de manera que pueda valorar si están equilibrados o no; me ha resultado una actividad súper interesante para realizar con los alumnos, ya que da una gran información del estilo de vida que llevamos y de si está acorde o no con nuestras necesidades nutricionales. Y, en caso necesario, modificar aquello que no se esté realizando correctamente (la mayoría de veces, nuestro defecto está en un déficit de actividad física).

Me ha gustado mucho analizar un menú del día de un bar o restaurante, centrándonos en si los componentes presentan o no alérgenos, y cómo poder presentarlo a los clientes, de manera que si alguno sufre una alergia o intolerancia, pueda estar avisado de antemano; incluso, ante la duda, conocer los componentes y buscar una alternativa. Es una actividad que se podría realizar con los alumnos en clase, sobre todo para hacerse consciente de la cantidad de alérgenos que hay presentes en muchas recetas y en los que no pensamos. Y, además, para concienciarnos todos, tanto si trabajamos en un restaurante como si es una comida que preparamos en casa, de la posibilidad que existe de sufrir una contaminación cruzada, ya que si cocinamos un alimento en un recipiente que no se ha limpiado correctamente, o usando el mismo aceite empleado para cocinar otro alimento, puede ser la vía para que el alérgeno llegue a la persona y sufrir una reacción alérgica que puede llegar a ser muy severa.

Por último, he disfrutado trabajando en equipo, a la vez que he comprobado lo difícil que resulta!